3 sugerencias para ayudarle a mejorar la eficiencia cuando se trabaja con acero y aleaciones de acero

Uno de los principales desafíos cuando se trabaja con acero y aleaciones de acero es que las tareas de arranque de material pueden ser muy lentas, lo que se traduce rápidamente en una reducción de la eficiencia y en costes más elevados. El material es muy resistente, una de las ventajas principales que, a su vez, ralentiza el proceso de arranque de material.

Antes de comenzar el trabajo, compare los diferentes métodos de arranque de material para garantizar que el que elija sea el más eficiente. Por ejemplo, en algunos casos, con las herramientas de corte se pueden obtener resultados más rápidos, lo que mejora la productividad. Si el amolado resulta el método más apropiado, elija cuidadosamente el abrasivo. Los abrasivos muy resistentes, como el óxido de circonio, pueden mejorar la tasa de arranque de material, lo que garantiza un rendimiento excelente durante un servicio más prolongado.

A pesar de sus muchas ventajas, el acero es por naturaleza propenso a la corrosión, y puede resultar difícil evitar que se oxide. Además, conseguir y mantener un buen acabado de la superficie para la pintura también puede suponer un reto.

Nuestra sugerencia: evitar la contaminación cruzada entre distintos materiales, como el acero de carbón galvanizado y el acero inoxidable, es fundamental para minimizar la corrosión. En la práctica, esto implica que nunca debe usar el mismo disco de amoladora angular para dos materiales distintos. Además, si hay materiales diferentes en la zona de trabajo, recuerde cubrirlos para que no entren contacto con las chispas de la amoladora angular. Estos pasos le ayudarán a reducir el riesgo de oxidación, lo que le facilitará conseguir el mejor acabado de superficie posible para la pintura. 

Gracias a su durabilidad, el acero se utiliza a menudo en las aplicaciones más exigentes. Sin embargo, las herramientas que se usan suelen pesar mucho y, como mencionamos anteriormente, las tareas de arranque son lentas. Algunas aplicaciones pueden causar que los trabajadores se fatiguen y sufran lesiones. Además, hasta puede resultar complicado encontrar trabajadores cualificados para las tareas más difíciles.

Asegúrese de que sus trabajadores tienen acceso a las herramientas adecuadas y prestan atención a cualquier característica que pueda mejorar la seguridad y la productividad, como la relación potencia/peso. Céntrese en la ergonomía de las herramientas: ¿el trabajador será capaz de utilizarlas durante largos períodos de tiempo? Algunas herramientas pueden pesar hasta 5 kilos, lo que aumenta el cansancio físico del trabajador. También merece la pena buscar características adicionales que puedan minimizar los factores que contribuyen a la fatiga. Los autoequilibradores, por ejemplo, ayudan a estabilizar la herramienta y reducen significativamente la vibración, lo que hace que sea más seguro usarla durante horas.